Los materiales que se utilizan para este tipo de muebles son aquellos que la propia naturaleza produce de forma natural. Algunos ejemplos son el bambú, la madera, la lana, la seda, el algodón, el yute, etc. Todos ellos libres de tóxicos y formaldehído.
También existen empresas que utilizan cartones, palets reutilizados o papeles con aglutinantes naturales, para la creación de mobiliario sostenible. Además de tener un pensamiento enfocado a la salud, este tipo de empresas también piensan en el planeta y en los recursos de los que disponemos. Por ello, para la creación de cada pieza se utilizarán maderas recicladas y pegamentos con base de agua. Este tipo de muebles garantizan que no hay una emisión de tóxicos sobre el ambiente.
Los muebles que se dicen ecológicos y se venden con esta cualidad como una de las más importantes, casi siempre llevan una etiqueta identificativa que hace referencia a una serie de conceptos que están asociados a esa sostenibilidad con el medioambiente.
Como buen consumidor, a la hora de adquirir un mueble ecológico, tendrás que conocer el ciclo de vida de la madera o componentes del mueble final, para saber cuán sostenible es su diseño final.
Algunos puntos a tener en cuenta para asegurarte de que estás adquiriendo un mueble ecológico:
¿Cuáles son los beneficios de los muebles ecológicos?
En primer lugar su salubridad, es decir hará que tus ambientes estén libres de tóxicos y que sean totalmente sanos.
Este tipo de muebles evita la deforestación y aprovechan mucho más los recursos de los que disponemos.
Utilizan maderas de gestión sostenible.
No tienen tratamientos antimanchas o antiácaros que incluyen productos químicos.
No incluyen lacados o barnices que desprendan tóxicos.
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